Eliminar rayas del material es lento pero necesario para una buena presencia estética de la pieza. Este es un proceso en el cual el consumo de abrasivo se dispara y hace que no solo consumamos más abrasivo, si no que aumenten los costes de la operación. A continuación, explicamos el motivo y cómo minimizarlo con el lijado con abrasivos.
¿Qué es una raya?
Es una pregunta muy simple pero que debemos responder. Una raya es una línea visible que penetra en el material creando un valle en toda su longitud. Puede haber sido generada por roces de transporte o intencionadamente como un acto de vandalismo.
Características que dificultan su procesado
A diferencia de una rebarba o cualquier otro elemento sobresaliente que haya que eliminar, en el caso de una raya, la cantidad de material que debemos extraer para hacerla desaparecer es mucho mayor. En el caso de una rebarba o un cordón de soldadura, el material a eliminar es simplemente la parte que sobresale, mientras que, en el caso de una raya, es toda la superficie que la rodea la que debe ser procesada. Lo cual aumenta la superficie de trabajo y disminuye la presión del abrasivo sobre la zona, provocando en muchas ocasiones la cristalización del abrasivo y el aumento del consumo del mismo.
¿Cómo lijar una raya para reducir el consumo de abrasivos?
En función del perfil de la pieza elegiremos una máquina que pueda hacer el trabajo de manera correcta. Para grandes superficies planas usaremos una satinadora; para tubos, una máquina que trabaje con la banda al aire; para pequeños espacios de difícil acceso, una radial.
Según qué profundidad tenga la raya, debemos elegir un tamaño de grano abrasivo que permita eliminar la marca de forma rápida y que deje una rugosidad lo suficientemente fina como para ser borrada en un paso posterior. En este primer paso deberíamos utilizar granos cerámicos ya que tienen un muy buen ratio de corte. Esta primera operación debe hacerse perpendicular a la raya, marcando un ángulo de 90º respecto a esta, para tener una buena percepción del trabajo que se está realizando.
Para el afinado, no debemos saltar más de dos granos si queremos tener un buen acabado y lijaremos en el sentido perpendicular al paso anterior. Aquí es muy recomendable trabajar con abrasivos de estructura multicapa para mantener un acabado homogéneo, evitar un calentamiento excesivo de la zona y tener una vida óptima de la herramienta.
Llegados a este punto solo queda igualar el acabo de origen según sea brillo o satinado.
Ejemplo del uso de abrasivos para lijar rayas
Rayas poco profundas
A modo de pequeña guía podríamos dar la siguiente orientación para rayas poco profundas:
1º #120 cerámico
2º P240 multicapa
3º Proceso necesario para igualar el acabado de origen.
Rayas más profundas
Para rayas más profundas, los abrasivos más adecuados podrían ser los siguientes:
1º #80 cerámico
2º P120 multicapa
3º P240 multicapa
4º Proceso necesario para igualar el acabado de origen.
Cuando nos encontramos saneando una pieza que tiene una raya, debemos ser conscientes del trabajo que va a realizar el abrasivo. Aunque este defecto sea menos notable que otros, implica un mayor esfuerzo y trabajo para el abrasivo. Por ello es conveniente en el primer paso utilizar abrasivos cerámicos para una mayor rapidez y efectividad del trabajo a realizar.
Si tenemos en cuenta lo que supone tener una raya en una pieza y seguimos las orientaciones que se dan anteriormente, podemos llegar a reducir el consumo de abrasivos entre un 20% y un 35%. Además de evitar la necesidad de realizar una compra más recurrente.
Desde VSM, expertos en la fabricación de abrasivos, esperamos que este post sobre cómo reducir el consumo de abrasivos os haya servido de guía para trabajos posteriores. En nuestro amplio catálogo de abrasivos industriales puedes ver qué discos abrasivos o bandas de lija son los que mejor se adaptan a tu aplicación.