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Qué es un acabado sanitario y cómo conseguirlo

La superficie de una pieza es crucial para su eficacia, especialmente en instalaciones que requieren condiciones de higiene estrictas, como la industria alimentaria, farmacéutica y química. Para garantizar la higiene, es necesario considerar varios parámetros, incluyendo la rugosidad superficial de las instalaciones e instrumentos utilizados, como canalizaciones, válvulas, depósitos, muebles y maquinaria en contacto directo con el producto durante el proceso.

Los acabados sanitarios se refieren a aquellos de calidad superficial que facilitan la limpieza, previenen la acumulación y propagación de bacterias, así como la formación de oxidación. Estos acabados garantizan altos niveles de asepsia y evitan la contaminación del producto.

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Higiene y rugosidad superficial

La rugosidad superficial es una medida que define si un plano es más o menos liso, cuantificando el tamaño de las irregularidades presentes. La calidad superficial tiene una relación directa con la higiene, ya que, a mayor rugosidad, más difícil es limpiar la superficie y mayor es el riesgo de proliferación de bacterias y formación de depósitos, lo cual puede dar lugar a contaminación y oxidación.

El enfoque principal de un acabado sanitario es hacer frente a las bacterias, que generalmente tienen un tamaño de entre 0,1 µm y 1 µm. Por lo tanto, es necesario asegurarse de que las irregularidades en la superficie no superen los 0,8 µm (Ra) para evitar que se adhieran o se depositen en ella. Dependiendo de la industria, la sensibilidad del producto y la importancia de evitar cualquier contaminación, este límite puede ser aún más estricto.

Qué es un acabado sanitario y cómo conseguirlo 1Normativas en acabados sanitarios

Existen diversas normativas que regulan las características superficiales de los acabados sanitarios, dependiendo de la industria, el elemento tratado y si la superficie está en contacto directo o indirecto con el producto procesado. Un estándar de referencia en el sector biofarmacéutico es ASME-BPE (BioPharma Equipment), el cual establece los requisitos de fabricación para sistemas y componentes utilizados en estas instalaciones, como canalización, valvulería y depósitos.

Además, existen otras normativas relacionadas que son relevantes, como la norma EN 10357 / DIN 11850 o la ASTM A270, las cuales se centran específicamente en la regulación de la tubería. Las normas anteriores, son ampliamente utilizadas en la industria con requisitos sanitarios, y establecen estándares de rugosidad para las superficies de acero inoxidable por debajo de los 0,8µm en Ra.

La Rugosidad y el lijado

Una vez que entendemos la importancia de mantener límites en la rugosidad superficial, es fundamental saber cómo lograrlos mediante el tratamiento adecuado de la superficie. En la mayoría de los casos, el lijado o pulido mecánico con abrasivos flexibles será el más efectivo.

En la siguiente imagen, se puede identificar el tamaño de grano abrasivo necesario para alcanzar valores de rugosidad específicos.

GRaficoRaGrano

Es importante tener en cuenta que el tamaño de grano utilizado tendrá un impacto variable en la superficie. Sin embargo, además del tamaño de grano, existen diversas variables en el proceso de lijado que también influirán en el tamaño de las irregularidades que el abrasivo provoque en la rugosidad de la pieza. Estas variables incluyen el formato del abrasivo, el tipo de soporte, la presión aplicada, la velocidad y el tiempo de proceso.

El gráfico anterior muestra una zona en lugar de una línea única. Para lograr una rugosidad Ra de 0,8µm, por ejemplo, sería necesario utilizar un abrasivo con grano P240 como punto de partida. Sin embargo, dependiendo del procedimiento empleado, puede ser posible obtener dicha rugosidad utilizando granos más gruesos (incluso P80) o más finos (hasta P360).

La importancia de un proceso escalonado

Aunque la tabla anterior puede servir como una guía efectiva para lograr la rugosidad deseada al final del proceso de preparación, es importante tener en cuenta que el estado original de la superficie a tratar jugará un papel clave en la determinación de los pasos necesarios hasta llegar al tamaño de grano que determine la rugosidad final.

Si es necesario corregir un cordón de soldadura, eliminar marcas de mecanizado, poros de laminación u otros defectos superficiales previos que tengan un volumen considerable, será necesario comenzar con un lijado utilizando un grano más grueso e incluso intercalar pasos intermedios si la superficie está lejos del tamaño de grano final. Es aconsejable no saltar más de 2 tamaños de grano en cada paso.

En muchos casos, se comete el error de intentar mejorar la rugosidad utilizando simplemente un grano más fino, cuando en realidad el problema reside en los primeros pasos del proceso. Intentar refinar una superficie trabajada con un grano muy grueso utilizando un grano excesivamente fino, requerirá un tiempo considerable de lijado para reducir las aristas del grano grueso hasta el nivel de su valle más profundo. De lo contrario, esas imperfecciones persistirán y comprometerán la rugosidad final, sin importar cuán fino sea el acabado.

Es importante tener en cuenta la secuencia adecuada de pasos de lijado y utilizar los granos adecuados para eliminar los defectos y lograr una superficie lo más uniforme posible antes de pasar a granos más finos. Esto permitirá obtener mejores resultados y optimizar el proceso de preparación de la superficie.

 

Escalado

La rugosidad superficial desempeña un papel crucial en cualquier pieza y puede marcar la diferencia entre un trabajo mediocre y un resultado excelente.

Siempre es recomendable confiar en profesionales del tratamiento superficial, ya que te ayudarán a evitar errores, ahorrar tiempo y agregar valor a tus productos.

Si deseas obtener un mayor conocimiento sobre los acabados sanitarios o los parámetros de rugosidad, no dudes en compartir tus dudas con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.

En VSM, somos especialistas en la fabricación de abrasivos y en la aplicación de soluciones de lijado. Además, ofrecemos formaciones virtuales sobre abrasivos para que puedas ampliar tus conocimientos en el tema. Confía en nosotros para obtener resultados de calidad y aprovecha nuestras oportunidades de formación en línea. Estamos aquí para ayudarte en todo lo relacionado con el tratamiento superficial y los abrasivos.

Acabados finos alternativos al satinado estándar y el pulido espejo

En la industria, a menudo, se tiende a la estandarización repetitiva debido a que aumenta la eficiencia de la producción. Sin embargo, es importante tener en cuenta que a los seres humanos nos gustan las novedades, por lo que constantemente se buscan nuevos productos que ofrecer.

acabados finos alternativos

En este post, se describirán acabados para superficies metálicas que son alternativas a los acabados más comunes en el acero inoxidable, como los satinados y el pulido espejo.

Si bien es cierto que los acabados metálicos también pueden incluir pigmentos o troquelados, nos centraremos únicamente en aquellos acabados que se pueden lograr con abrasivos flexibles.

 

 

El satinado y el pulido espejo

En el caso del satinado se afina hasta un punto “medio” en el que se puede plasmar un acabado de vellón y en el caso del pulido espejo se afina tanto que todas las marcas y rallas del metal desaparecen reflejando la luz y las imágenes como un espejo.

El satinado y el pulido espejo son los dos principales acabados utilizados en el sector del acero inoxidable. Ambos se logran a través de un proceso similar.

El metal, después de salir de la fundición o laminación, se iguala utilizando abrasivos de desbaste. Este proceso gradual, reduce el tamaño de grano y refina la rugosidad de la superficie en cuestión.

En el caso del satinado, se logra un nivel de refinamiento intermedio que permite obtener un acabado de aspecto aterciopelado o vellón. Por otro lado, en el caso del pulido espejo, se lleva el refinamiento al extremo, eliminando todas las marcas y rayas del metal para lograr un acabado que refleja la luz y las imágenes como un espejo.

satinado - pulido espejo COMP

Ideas alternativas a los estándares establecidos

Existen diversas ideas alternativas para obtener acabados diferenciados a los estándares establecidos. Aquí se presentan dos posibilidades:

  • Romper la cadena de granos de afinado: Una opción es interrumpir el proceso de refinamiento en un punto intermedio. Por ejemplo, después de alcanzar cierto nivel de refinamiento, se puede dar otra pasada utilizando un grano más grueso, dejando entrever que existe un nivel de refinamiento previo. Esto crea un acabado diferenciado y especial, añadiendo una textura única a la superficie.

 

  • Cambio de la dirección o longitud de la raya: Esta alternativa se aplica especialmente a los acabados satinados, que son inherentemente direccionales. Romper la dirección principal del satinado, también genera una diferenciación significativa. La dirección puede romperse de forma perpendicular u oblicua, dependiendo de las posibilidades de la maquinaria disponible. Esto permite crear patrones distintivos en la superficie, añadiendo un toque único al acabado.

Herramientas abrasivas para acabados alternativos

  • Lijadoras de banda larga

Lijadoras de banda larga 1

Las lijadoras de banda larga son altamente recomendadas para lograr este tipo de acabados especiales, debido a la amplia gama de posibilidades que ofrecen. Estas máquinas, brindan la flexibilidad de girar la orientación de la pieza con respecto a la dirección de lijado de manera fácil. También, permiten el cambio de la dirección de la raya al ajustar el elemento de contacto entre el patín o las ruedas.

Además, es posible jugar con la velocidad de avance y retroceso de la pieza, creando efectos visuales aún más diversos.

 

 

  • Máquinas eléctricas manuales

Lijadoras de banda larga

La incorporación de herramientas eléctricas manuales en un proceso de fabricación facilita la realización de acabados diferenciados debido a su versatilidad. Sin embargo, es importante contar con operarios capacitados en el lijado, ya que su habilidad y destreza juegan un papel crucial en el resultado final.

La combinación de máquinas que permiten movimientos lineales y angulares abre muchas posibilidades para lograr acabados originales. Un ejemplo de ello es el proceso de vibrado, el cual se describirá a continuación.

 

 

Ejemplos de posibles acabados diferenciados

  • El vibrado

El vibrado

Este acabado vibrado se logra al afinar la pieza y luego pasar una lijadora excéntrica con un grano basto, lo cual produce un efecto óptico similar a la concha de un caracol. Este acabado no tiene una dirección dominante.

Si bien las imágenes no muestran claramente el efecto acaracolado, se puede apreciar que no hay una dirección predominante en el acabado. Para obtener este resultado, se aplica un grano basto y se combina con un cambio de orientación de la raya utilizando una lijadora excéntrica. Este acabado no se ve afectado significativamente por el paso del tiempo, manteniéndose constante.

 

  • El hairline

El Hairline

 

Este acabado se caracteriza por tener líneas paralelas largas que se asemejan al cabello humano, de ahí su nombre.

Para lograr este efecto con una banda ancha, es necesario reducir la velocidad de corte del abrasivo a 0 y mantener una velocidad de avance estable, de modo que las marcas resultantes sean lo más largas posible.

 

 

Por lo general, este tipo de efectos se logran utilizando máquinas de banda larga con patines de contacto anchos y largos, que distribuyen la presión de trabajo de manera uniforme para evitar que las marcas de hairline sean demasiado profundas. El siguiente ejemplo muestra un hairline muy intenso, aunque siempre existe la posibilidad de obtener un efecto más suave.

Los acabados metálicos ofrecen una amplia gama de posibilidades, que van desde pigmentos y troquelados hasta rugosidades superficiales que crean diversos efectos ópticos. En este post, se ha destacado la idea principal de buscar acabados alternativos al satinado estándar y al pulido espejo, y se ha resaltado la importancia de romper la secuencia de afinado como un recurso accesible que abre múltiples oportunidades creativas.

Además, se mencionó la disponibilidad de abrasivos industriales proporcionados por VSM, un fabricante reconocido en el sector. VSM ofrece un amplio catálogo de productos en diferentes formatos, como discos y bandas de lija, que permiten expresar la creatividad al lograr acabados característicos y específicos.

En resumen, este post resalta la importancia de explorar alternativas a los acabados convencionales, fomentando la creatividad y brindando opciones para lograr resultados distintivos en superficies metálicas.

Parámetros de rugosidad

Los parámetros de rugosidad son las medidas cuantitativas utilizadas para caracterizar la textura de una superficie. En este post, exploraremos los parámetros de rugosidad más comunes para la medición de rugosidad superficial para así poder identificar la necesidad requerida para cada aplicación:

Rugosidad promedio aritmético (Ra)

Es la medida más comúnmente utilizada para describir la rugosidad superficial. Representa la media aritmética de las desviaciones de la superficie con respecto a un plano de referencia.

En otras palabras, Ra es una medida del promedio de las alturas de los picos y los valles en la superficie. La medida Ra se utiliza en la industria para especificar la calidad superficial requerida en una amplia gama de productos y procesos.

Rugosidad promedio de crestas (Rz)

Es la medida de las alturas máximas de la superficie y se basa en la media de las cinco crestas más altas y las cinco más bajas dentro de la longitud de evaluación.

Se define como la altura media de las crestas de la superficie en relación con un plano de referencia, normalmente medido en micrómetros (µm) o en unidades de rugosidad Ra.

La rugosidad promedio de crestas es una medida muy importante ya que afecta a la fricción, el desgaste y la resistencia mecánica de una superficie.

Rugosidad total (Rt)

Medida de la altura total de la rugosidad y se basa en la medición de la desviación máxima entre el mayor de los picos y el más profundo de los valles.

La rugosidad total se puede medir de diferentes maneras, dependiendo del tipo de superficie y del propósito de la medición. Por ejemplo, de forma mecánica, la rugosidad total se puede medir con un rugosímetro, que mide la altura de las irregularidades en una superficie.

La rugosidad total es muy  importante, ya que puede afectar la calidad y el rendimiento de los productos y maquinarias. Por lo tanto, es esencial controlar y minimizar la rugosidad total en la fabricación y el diseño de las piezas.

Rugosidad máxima de Pico (Rp)

Es una medida de la desviación positiva máxima de la superficie con respecto a un plano de referencia.

Esta medida es esencial en muchas aplicaciones, donde la rugosidad de las superficies puede afectar la fricción y la resistencia al desgaste de los materiales.

Rugosidad máxima de Valle (Rv)

Es una medida de la profundidad máxima de la superficie en forma de valle respecto a un plano de referencia. Es decir, es la medida de la profundidad de la característica más profunda o la parte más baja de la superficie.

La rugosidad máxima de valle es una medida importante de la rugosidad de una superficie, ya que indica la cantidad de espacio que hay entre las partes más altas y las partes más bajas de la superficie, y también, donde la rugosidad de las superficies puede afectar la conductividad eléctrica o la disipación de calor.

 

Es relevante destacar que la elección de los parámetros de rugosidad adecuados dependerá del tipo de superficie que se esté midiendo y del propósito de la medición. Por lo tanto, es fundamental utilizar las herramientas de medición adecuadas y tener en cuenta todos los factores que puedan influir en la rugosidad de la superficie.

Parámetros de rugosidad

La clave para un acabado profesional: la preparación adecuada de la superficie

La superficie de una pieza puede tener múltiples funciones, desde lo meramente decorativo hasta cumplir una función práctica como resistir a la corrosión o fricción, o tener facilidad de limpieza para mantenerla higiénica. Para conseguir un acabado superficial específico, es necesario seguir varios pasos que dependen de la configuración de las herramientas abrasivas, entre otros factores.

En este post, describimos algunos de los procedimientos más efectivos para lograr una óptima preparación superficial y evitar defectos de calidad que puedan pasar desapercibidos hasta el final del proceso, lo que obligaría a retrabajar la pieza.

Los principales factores a tener en cuenta para establecer un procedimiento adecuado son el estado superficial de origen, que condicionará los pasos necesarios, y el material y morfología de la pieza, que determinarán la herramienta, el elemento de contacto y los parámetros de lijado, como la velocidad de corte o la presión.

Ambos factores en conjunto también determinarán el abrasivo más adecuado: tipo, formato y tamaño de grano. Siguiendo estos pasos y considerando estos factores, se puede conseguir un acabado superficial óptimo en cualquier pieza.

Pasos necesarios antes de un acabado fino

Antes de conseguir un acabado fino en una pieza, es necesario seguir una secuencia de tres pasos: desbaste, afinado y acabado. Ya sea en un proceso manual o automático, estos pasos se apoyan mutuamente para lograr un resultado óptimo.

El primer paso es el desbaste, que elimina los fallos superficiales del metal para dejar una superficie homogénea. Estos fallos pueden ser arañazos, golpes, proyecciones, entre otros. Los fallos se clasifican en dos tipos: los que sobresalen de la superficie y los que están incrustados en ella.

Por ejemplo, para una proyección que sobresale, basta con lijar lo que sobresale. Para un arañazo incrustado, es necesario desbastar toda la superficie alrededor para igualar todo y poder seguir afinando la superficie.

Para trabajar con piezas de acero inoxidable, que generalmente necesitan acabados finos, se usa comúnmente el grano 60 y 80 para el desbaste efectivo de la pieza, independientemente de su geometría.

Ejemplo de desbaste con disco sobre una estructura de metal soldada
Ejemplo de desbaste con disco sobre una estructura de metal soldada

El siguiente paso es el afinado, que tiene como misión rebajar la rugosidad superficial pico-valle. Es importante no hacer saltos de grano demasiado grandes para evitar problemas ópticos en el acabado final.

¿Qué es un salto de grano demasiado grande? Por lo general, al trabajar entre grano 120 y 240, se deben hacer saltos de dos granos como máximo. Del grano 240 hacia arriba, se deben hacer saltos de tres granos como máximo. El grado de afinado dependerá de las solicitaciones superficiales de la pieza. Por ejemplo, si se desea pulir, se deben emplear granos 800 o más finos. Si se quiere satinar, se usa un grano 400 o menos. Esto dependerá de cada situación particular.

La clave para un acabado profesional: la preparación adecuada de la superficie 2
Ejemplo de una superficie después de una operación de afinado y posible acabado

Herramientas necesarias para conseguir un acabado fino

Cada herramienta cuenta con un elemento de contacto que transmite la energía de la máquina al abrasivo y, finalmente, a la pieza. Este parámetro es crítico y puede afectar significativamente los resultados finales.

Cuando se utilizan elementos de contacto duros, se produce un mayor arranque de material y, en consecuencia, superficies más ásperas. Por otro lado, al utilizar elementos de contacto más blandos, la superficie resultante tiene una apariencia más fina. Es por eso que se recomienda utilizar elementos de contacto blandos para los granos finos, que se encuentran alrededor del grano 240, mientras que para los granos más gruesos, como el grano 120, se deben usar elementos de contacto más duros.

La variedad de elementos de contacto es tan amplia como la de abrasivos, herramientas y tipos de piezas disponibles. Por lo tanto, se recomienda ponerse en contacto con el departamento técnico, especializado en abrasivos flexibles, para obtener respuestas a preguntas específicas que puedan surgir.

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Ejemplo de un elemento de contacto blando puliendo

Velocidades y presión de trabajo

Velocidades y presión de trabajo son parámetros críticos en el proceso de lijado. La velocidad de corte (Vc) es la velocidad a la que se mueve el abrasivo, mientras que la velocidad de avance (Va) es la velocidad a la que se desplaza la pieza sobre la lija. Por otro lado, la presión (P) de trabajo se define como la fuerza ejercida sobre la pieza dividida por la superficie de contacto entre la lija y la pieza.

En general, se debe procurar una Vc alta para aumentar la eficiencia del proceso, aunque hay que tener cuidado de no quemar la pieza. Por otro lado, se recomienda una Va baja para garantizar una superficie homogénea, siempre teniendo en cuenta que una Va demasiado baja puede reducir la productividad. En cuanto a la P, se debe mantener lo más baja posible para evitar defectos superficiales indeseados.

Es importante destacar que, de los tres parámetros, la presión es el más fácil de controlar y, por tanto, se debe ajustar para mantenerla lo más baja posible. La elección del elemento de contacto es clave para lograr un mayor control, ergonomía y comodidad en el proceso de lijado.

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Esquema explicativo de Vc, Va y fuerzas resultantes de la presión ejercida

La conductividad térmica del metal es también un factor crítico que debe tenerse en cuenta. Por ejemplo, el acero inoxidable es un metal de baja conductividad térmica, por lo que se deben utilizar superficies de contacto amplias y trabajar a velocidades moderadas para evitar quemaduras en la pieza. En cambio, en aleaciones más conductoras, como el latón, se pueden aumentar las velocidades para mejorar la productividad.

En conclusión, es fundamental tener en cuenta estos parámetros para obtener los mejores resultados en el proceso de lijado, aunque el lijado de piezas muy irregulares puede requerir un mayor esfuerzo para lograr una óptima regulación de los parámetros de lijado. Si tienes preguntas específicas sobre el proceso de lijado, recomendamos que te pongas en contacto con nuestro departamento técnico, experto en abrasivos flexibles, para obtener ayuda personalizada.

El abrasivo recomendado para conseguir un acabado fino

Para conseguir un acabado fino, es necesario contar con abrasivos de calidad, ya que el contacto entre superficies a altas velocidades es muy impactante. El grano cerámico en su forma triangular o de cristal es la opción recomendada para desbaste, mientras que para el afinado, el abrasivo multicapa es una buena elección.

Ambas opciones tienen un alto poder de arranque y una larga durabilidad, lo que se traduce en una buena relación calidad-precio. Sin embargo, es importante recordar que para lograr un acabado óptimo, se deben considerar los parámetros de velocidad de corte, velocidad de avance y presión de trabajo, manteniendo la presión tan baja como sea posible para evitar defectos superficiales indeseados.

Para el acero inoxidable, se recomienda el uso de grano cerámico 60 y 80 para desbaste y grano multicapa para afinado, con saltos entre granos de hasta tres niveles. También es importante tener en cuenta que la conductividad térmica del metal es clave para evitar quemaduras en las piezas y poder trabajar a velocidades moderadas.

Para aclarar dudas sobre los detalles específicos de cada tarea de lijado, se recomienda ponerse en contacto con el equipo técnico comercial. En definitiva, el uso de abrasivos de calidad facilita las operaciones de lijado, ya que permiten lijar más metal con menos esfuerzo.

VSM, como fabricante de abrasivos especializado, tiene un amplio catálogo de abrasivos industriales en distintos formatos, como discos o bandas de lija que le ayudarán con toda seguridad en trabajos posteriores.